¿Florecer en un café?

Mi nombre es Bárbara Prajs y los que me conocen saben el tiempo que me llevó descubrir quién soy y lo que vine a hacer en este mundo. Eran dos temas que me generaban ansiedad y mucho apuro por develar sus respuestas. Fue por esto que me embarqué en todo tipo de actividades, cursos, talleres, carreras, etc… todo lo que se puedan imaginar, yo lo hice.

Un día la vida me obligó a detenerme, no me quedó otra que despejarme de todas mis rutinas, de mi trabajo y las salidas que formaban parte de mi vida diaria. Tuve que aprender a quedarme quieta. Tuve que aceptar que mi vida anterior tenía una pausa. Así fue que mientras trataba de lidiar con todo eso, también empecé muy de a poco a ir a un café de mi barrio. Era un lugar chiquito, con un rico café y donde el sol pegaba en la vereda (y a mis pies). Yendo y viniendo a este café fue que comencé a observar los rincones y la belleza a mi alrededor, la que siempre estuvo ahí y que nunca antes me había detenido a ver.

Así fue que empecé a sacar fotos de todo eso que iba descubriendo. Y día a día, yendo al café y sacando fotos, fue que florecí. Finalmente encontré eso que tanto quería, simplemente porque puse por primera mi disfrute por delante de todo.

Aún así me faltaba un poco más y decidí hablar con mi profesora de la Carrera de Coaching, de la cuál me recibí en el 2020. Por fin sabía lo que me gustaba pero sentía que por algún motivo no podía avanzar. Necesité algunas sesiones para que se cayeran algunas creencias de mí misma que me impedían ir más allá.

Y una de las cosas que reconocí en mi propio proceso de Coaching es que disfruto enormemente acompañar a las personas a concretar sus objetivos, a encontrarse, a ser felices y a ofrecer también su don en esta vida.

Así como yo florecí en un café, te invito a parar la marcha, a buscar un lindo lugar que te haga sentir bien y que te preguntes: ¿cómo quiero vivir? ¿qué me hace feliz? ¿qué cosas me faltan aún cumplir y me darían mucha satisfacción realizar en mi vida? ¿qué relación me gustaría sanar? ¿cómo me gustaría hablarme?. Si encontrás las respuestas, ¡te felicito! ... Y si sentís que te cuesta, ¡acá estoy para acompañarte!

Bárbara.